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Qatar, condenado por plagiar unas farolas de Beth Galí

24 Diciembre 2018

El juzgado de lo mercantil 2 de Barcelona ha sentenciado que el Estado de Qatar falsificó el diseño de unas farolas que instaló en una de las avenidas principales de Doha, cuya propiedad intelectual corresponde a la arquitecta catalana Beth Galí en un proyecto de la empresa Santa & Cole. El juez obliga a la empresa pública Ashgal –que ejecuta la obra pública del Estado qatarí– a pagar una indemnización a Galí de 50.000 euros por los daños morales ocasionados al vulnerar sus derechos de autor. Pero quizás lo más relevante es que el magistrado reclama la destrucción del millar de farolas falsificadas que hay instaladas en la avenida y todas aquellas réplicas que queden en stock.

 

Es la primera sentencia en la que un juez español protege los derechos intelectuales de una autora contra un Estado soberano. “Es un precedente muy importante porque una pyme ha ganado a un Estado y sobre todo es muy importante para la internacionalización de los derechos de autor”, resalta Javier Nieto, presidente de Santa & Cole. “Lo más importante no es por mi caso sino por el hecho de que se haya hecho justicia en el mundo del diseño y sobre todo para el mundo de la empresa. Estamos en un momento en que todo se copia”, subraya la arquitecta Beth Galí.

La batalla para que se reconociera el plagio empezó a librarse en el 2005. La empresa optaba a hacerse con el contrato público para la instalación de un millar de farolas para alumbrar los diez kilómetros de la avenida Al Waab que conectan con el estadio de fútbol de Doha. El diseño que más gustó fue la lámpara Latina, obra de la reconocida Beth Galí , que ya luce en zonas de Barcelona como el parque Joan Miró o el Fòrum. El proyecto, valorado en 12 millones de euros, estaba encarrilado. El Estado de Qatar les pidió los planos, solicitó hasta cinco versiones para que se ajustara a su gusto hasta que nunca más se supo. Meses más tarde, sucedió algo inesperado. El Gobierno de Qatar contactó a Santa&Cole para quejarse de que los fallos detectados en las farolas, que se desplomaban por culpa del viento. “Nos quedamos de piedra porque nosostros no las habíamos fabricado”, recuerda Nieto. Así se descubrió el pastel. Un repentino viaje a Doha corroboró la sospecha. La avenida estaba iluminada con un millar de farolas idénticas a las de Beth Galí si bien la estructura de metal se había fabricado en Turquía y los focos en China. A pesar de contar con los planos, la falsificación fue un desastre y las farolas se derrumbaban. Aquel fallo que no era suyo tuvo una repercusión negativa en su marca. El sector las relacionaba con la empresa y aquella mala reputación llevó a que les desestimaran un proyecto para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Beth Galí, de la mano de Santa&Cole, reclamó una indemnización por vulneración de la propiedad intelectual. La empresa acudió a la embajada española y a los organismos internacionales para fortalecer sus reclamaciones e incluso recurrió al FC Barcelona, que aquel año estaba siendo patrocinado por Qatar Foundation, pero se toparon con la negativa del club: “No podemos ni descolgar el teléfono”.

Santa & Cole activó entonces la vía judicial que culminó esta semana con una sentencia favorable. El juez reconoce la altura artística del diseño de las farolas de Galí, una manera de decir que su obra merece ser protegida por su valor artístico. Aun así, todavía falta que la sentencia sea firme. Qatar la ha recurrido ante la Audiencia de Barce-lona y, por su parte, Santa & Cole también ha reclamado que la sentencia sea publicitada internacionalmente. “Es la victoria de David contra Goliat”, subraya Isabel Roig, directora general del Barcelona Centre de Disseny (BCD), la institución que ha apoyado a Galí y Santa & Cole en su periplo judicial contra Qatar y que abandera la protección de la propiedad intelectual de los diseñadores catalanes.

El BCD lleva años reclamando a las instancias europeas una mayor implicación para protección de las pymes que asisten con preocupación “a la peligrosa brecha que abren los grandes falsificadores e infractores”. “Te sientes muy pequeño y desamparado pero en la economía del siglo XXI lo único que va a salvar a Europa es la propiedad intelectual porque podemos aspirar a tener buenas ideas”, incide el presidente de Santa & Cole.

La compañía que se ha anotado una primera victoria con el fallo favorable por la propiedad intelectual espera que la justicia se exprese en el mismo sentido en la demanda que también interpuso contra Qatar por daños y prejuicios y que todavía no está resuelta.

[ver articulo original lavanguardia.com ]


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